viernes, 27 de septiembre de 2013

Vacaciones de Verano en Moca

Cuando eramos pequeños mis padres reunían un dinerito para enviarnos a toditos a vacacionar a Moca.  Fácil,  nos quedabamos dos meses y medio por allá,  y les voy a contar todo.

Llegabamos a Zafarraya, Moca los hijos de Chea (5 carajitos),  los de Nuri (5) a una misma casa.  10 comejenes,  diez bocas nuevas.  La abuela solo reía,  con esa risa de "Ya se armó la vaina en el Bojio".

Las primeras dos semanas eran las más chulas porque todo el mundo tenía deseo de vernos.   Míralos que bonitos y grandes,  esos son los de Chea,  y aquellos los de Nury.

Nos levantabamos a hacer nada,  a jugar en el patio,  pelota,  con la pelota dañabamos el techo de la casa que era de cana,  nos ibamos pa´l monte a jondearnos con el yaguacil,   y nos dañabamos los fundillos de los pantalones.   Y la abuela a remendar pantalones.  Ay,  esos muchachos.

Ya la tercera semana empezaba la abuela a inventarse vainas,  que a recoger café,  a moler café,  a recoger comida para los chivos,  y lo peor a llenar dos barricas de agua del pozo todos los días.  Todos a fajarnos.

El café se molía con un molino giratorio,  que le ponía a uno el brazo gordísimo.  Ya empezaba uno a buscar la vuelta para que lo manden para la capital.

En la tardecita,  más tranquilos,  jugabamos y al anochecer a acostarnos temprano.

Son lindos recuerdos de una infancia sana.  De unos abuelos buenos, y una familia muy unida.




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