sábado, 28 de septiembre de 2013

Juegos de Ayer

En esta entrega es muy posible que se me olviden algunos de los juegos que jugabamos hace 25 años,  por lo que les pido que me comenten sobre cuales he olvidado.

Para las niñas:  La Mariquita:  Era un juego de muñequitas recortables con su ropa también recortable.  El juego consistía en cambiar a la muñeca con las ropas que traía.  Mis hermanas disfrutaban mucho de este juego,  y les confieso que yo también lo jugué.  Gracias a Dios que me recompuse rápido.

La Barbie:  Es aún una muñeca muy glamorosa.  Muy fina y cara.  Considero que las niñas soñaban con encarnar a La Barbie.  

El Trucano,  o Trucamelo:  Es un juego de competencia,  y consistía en hacer unos garabatos en las aceras para saltar cuadro por cuadro,  hasta llegar a diez cuadros y devolverse hasta coronarse.   Quien más coronara era considerado el ganador,  aunque al final todos saliamos ganando pues era muy  divertido.

Para los niños:  Las Bellugas,  bolas, o canicas.  Aún se consiguen hoy día,  son unas bolitas de cristal muy fuertes.  Haciamos un ron,  metiamos las bolitas y las sacabamos por turnos.  Quien más bolitas sacaba,  pues ese ganaba.

Las gomitas.   Un artículo de oficina que se vendía más para jugar.  Nos las poniamos en las muñecas,  haciamos cadenas de gomitas,  y competiamos con ellas de distintas formas.

El Loco Paralizado.  Es un juego de presecución,  y al que le topan tiene que quedarse paralizado,  hasta que un compañero le retoque.  Era un juidero total.

La Esquinita:  Eran cuatro esquinas,  y cinco jugando.  Obviamente uno se quedaba sin esquina,  y tenía que procurar quitarsela al más descuidado.  Era uno de mis juegos preferidos.

La pisacolá.  Era un juego que consistía en esconderse y no dejarse descubrir por la persona que se quedaba.  Había una lata que si el dejaba desprevenida se la quitaban,  y la sonaban en señal de que perdió.  Este juego me recuerda que me dí un golpe en la frente con una puerta de hierro abierta,  y del juego para el hospital.

Recuerden comentar.  Saludos,  y hasta la próxima entrega.




viernes, 27 de septiembre de 2013

Vacaciones de Verano en Moca

Cuando eramos pequeños mis padres reunían un dinerito para enviarnos a toditos a vacacionar a Moca.  Fácil,  nos quedabamos dos meses y medio por allá,  y les voy a contar todo.

Llegabamos a Zafarraya, Moca los hijos de Chea (5 carajitos),  los de Nuri (5) a una misma casa.  10 comejenes,  diez bocas nuevas.  La abuela solo reía,  con esa risa de "Ya se armó la vaina en el Bojio".

Las primeras dos semanas eran las más chulas porque todo el mundo tenía deseo de vernos.   Míralos que bonitos y grandes,  esos son los de Chea,  y aquellos los de Nury.

Nos levantabamos a hacer nada,  a jugar en el patio,  pelota,  con la pelota dañabamos el techo de la casa que era de cana,  nos ibamos pa´l monte a jondearnos con el yaguacil,   y nos dañabamos los fundillos de los pantalones.   Y la abuela a remendar pantalones.  Ay,  esos muchachos.

Ya la tercera semana empezaba la abuela a inventarse vainas,  que a recoger café,  a moler café,  a recoger comida para los chivos,  y lo peor a llenar dos barricas de agua del pozo todos los días.  Todos a fajarnos.

El café se molía con un molino giratorio,  que le ponía a uno el brazo gordísimo.  Ya empezaba uno a buscar la vuelta para que lo manden para la capital.

En la tardecita,  más tranquilos,  jugabamos y al anochecer a acostarnos temprano.

Son lindos recuerdos de una infancia sana.  De unos abuelos buenos, y una familia muy unida.




jueves, 26 de septiembre de 2013

Desde mi bellísima Moca.

Despierto temprano,  como a las 10:00 AM.

Desayuno:  Yuca jeivia,  aguacate,  y dos ruedas de salami  Induveca.  Del  mejor.

El plan es bajar al río a darnos un chapuzón.  Saludar a los que quedan de camino,  y recordar los viejos tiempos.

Luego dar una vuelta por el conuco.  Allí tenemos plátanos,  yuca,  maíz,  café,  frijoles negros,  en la cañada  (caná)  tenemos unas cañas negras dulces y tiernas como no existe otra igual.  

De chiquito me gustaba tostar el maíz.  Solo me lo permitía mi abuela.  El maíz no tiene desperdicios pues sabemos que la tusa limpia,  rasca y desenreda.







El plátano es uno de los alimentos preferidos por los dominicanos.  Un mangú con su aceitico verde,  unas cebollitas.  Tremenda cena.  




miércoles, 25 de septiembre de 2013

Zafarraya, Moca, RD

Campoaentro se enorgullece de abrir sus puertas al mundo.  Daremos rienda suelta a los sabores y olores del Campo.

Comenzaremos por mi campo,  claro,  of course,  ZAFARRAYA,  Moca.  Ubicado en las entrañas del Cibao,  dentro de Moca,  ni ma pa´ca,  ni ma pa´lla.

Allí aprendí a tomar café en cantarita.  A copiar de  mi abuelo Carlos Valerio,  y a disfrutar de un ambiente familiar espléndido.   Muchas primas,  muchos primos.   Buenos tiempos.

Hagamos un viaje virtual a Moca:

Preferiblemente un fin de semana largo.   Guardamos los chelitos un par de quincenas antes,  no lo pagamos a naiden,  eso si,  mantenimiento full de aceite,  frenos, y goma de respuesto semi-nueva para no amargarnos el viaje.   Ay,  el que tiene un carro viejo para en mecánico,  y toda la ropa se le daña.  Bueno.

Nos preparamos para salir el día viernes a las 7:00 AM.  Salimos en un solo vehículo para dividirnos los gastos,  aunque siempre va un gallo en la familia.   Nos dan las 10:00 AM,  pues Alexis no llega,  tampoco llega la luz,  y las mujeres con los cabellos mojados.  El viaje empieza a complicarse.

Finalmente,  llega Alexis,  llega la luz,  y salimos tempranito a nuestro placentero viaje,  a eso de las 11:35 AM.   Oye eso,  dizque temprano.

Ah,  salimos de Santo Domingo City.  DN,  ni Este, ni Oeste, ni Norte,  DN.  Ahora somos Capitaleños del Norte,  capitaleños del Este y Capitaleños del Oeste.

Cojemos la Kennedy,  que después es la Autopista Duarte hacia al Norte,  Cibao por la Pista.   Pasamos todos los elevados,  el peaje,  Pedro Brand,  Villa Altagracia,   hambre, hambre,hambre.   Nos paramos en Villa Altagracia,  en el comedor El Boricua.    Que jartura,  locrio de cerdo,  con carnitas de cerdo,  cerdo frito,  cerdo guisado,  cerdo en pulla.   Un vaso de agua,  una reposadita,  y barriga llena corazón contento.

Seguimos nuestro camino,  Villa Altagracia,  Bonao,  La Vega.  Una vista paradisiaca en la Avenida Duarte,  montañas, árboles,  ríos,  la alfombras de Villa.  Pero es para Moca que vamos.  Pasamos La Vega,  y a la derecha conseguimos la entrada para Moca.

Tomamos la carretera de Moca,  le damos pa´lante hasta llegar a la Ciudad de Moca.  Ciudad de gente trabajadora,  humilde,  feliz,  y luchadora por sus derechos.

En Moca encontramos emprendedores,  empresarios muy astutos,  granjas de pollos,  cerdos, huevos,  comerciantes,  los bumpers Batuto son de Moca.  El típico de Moca.

La mejor yuca del país viene de Moca.  En el mercado de Santo Domingo,  los mercaderes siempre dicen que la yuca es de Moca,  no importa de donde venga,  y la venden al vuelo.

Pues bien,   llegamos a Moca,  que Ciudad más bella y limpia.  Eso si,  como un espejito de limpia.  En el centro la majestuosa iglesia Del Sagrado Corazón de Jesús.  Glamorosa,  preciosa,  y muy acojedora.  Recuerdo las patronales de Moca.  Antes no pasaba nada malo.  Eso era bueno.

Oh,  oh,  pero no hemos llegado a Zafarraya.   Debemos seguir a la derrecha,  pasamos el Hospital,  El Rancho Estela y a la izquierda tomamos la carretera para mi campo Zafarraya.

Unos 7 Km adentro,  y llegamos a la Casa de Los Valerio.  Mi casa.  Nada como una tarde debajo de la mata de mango contando las anecdotas del pasado,  y viendo a los muchachos disfrutando su presente.

Tenemos como 500 carajitos entre sobrinos, nietos de los más viejos, hijos,  novios de nuestras hijas,  algún que otro pegado,  pero todos somos bienvenidos.

Aqui,  sentado debajo de nuestra mata de mango,  saboreo felizmente el placer de pertenecer a esta tierra tan linda y fértil,  que no se le niega a nadie,  y tirando mi traguito con mis primos y tíos,  pues volveré a tomar el volante dentro de dos días.  Hoy nadie me mueve de aquí.

Desde Moca,  en una misión especial y semi borracho,  les reportó   Carlos Palmero.